Revelando mi travestismo a mi madre

Mama... Soy travesti

Es un gusto poder saludarlos nuevamente mis estimados lectores. Espero que se la hayan pasado muy bien a lado de sus seres queridos en estas fechas, navidad y fin de año; se que es algo tarde para esto, pero creo que nunca esta de más darle tus mejores deseos a los demás, y más tratándose de ustedes, mi publico. 

A nombre de todo mi equipo que hace posible El Blog de Paola (ósea yo jejeje) les deseo que todos sus propósitos se hagan realidad, que no les haga falta salud, trabajo, paz y felicidad. Dios los bendiga a ustedes y su familia.


Ha pasado mucho tiempo de la última vez que escribí en mi blog. Esto se debe a que he estado muy ocupada. En este año prometo traerles más historias, contenido nuevo, así como nuevos proyectos que aun están por definirse. Han pasado muchas cosas interesantes aparte de la que vengo a contarles hoy, así que abro un pequeño paréntesis para platicarles un poco de esas otras cosas.

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Primero que nada en este año terminé mis estudios universitarios y realicé el proceso de titulación. Así que ya soy profesionista. Fueron días muy difíciles, de mucho estrés y trabajo, se vinieron muchas cosas, pero no me rendí. Al final, los 4 años y medio de estudio y el medio año más de tesis rindieron sus frutos. Me gradué con honores, siendo el mejor promedio de mi carrera en la generación.

Actualmente también estoy trabajando. No tiene mucho que comencé, pero fue un poco tormentoso conseguirlo. Primero por la experiencia que piden, los documentos comprobatorios de estudios o de algún curso, o si encontraba un trabajo decente, pero era solo para explotarte. En fin, una de líos y trabas. Traté de ser paciente y no me desespere, mientras busque otras alternativas de buscar recursos.

Me siento muy contenta y agradecida con Dios por este año, me trajo muchas cosas, y no me quejo para nada. Cumplí con mis propósitos de este año. Para este año hay un propósito es especial, el mismo que el año pasado, vivir la vida a plenitud.


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Cerramos el paréntesis para volver al tema de este post. Debo decir que es algo sumamente complejo, porque implica muchas cosas. Creo que ya les había contado en otra ocasión de que tenía intensiones de decircelo, de contarle mi más profundo secreto. Es difícil hablar de este tema con cualquier persona porque sabes que puede tener consecuencias negativas irreversibles. Tanto como puede que te entienda, o al menos que respete tus gustos, como que pase lo contrario y que termines ignorado, hecho a un lado o peor aún menos preciado. En teoría con un familiar o amigo muy íntimo debe de haber más comprensión y apertura, aunque yo les digo que es mejor no confiarse.


Esto no fue algo planeado, salió de la nada. Y pasó justamente una semana después de mi cumpleaños, en el mes de junio. Yo regresaba de un viaje que había hecho por motivos personales, y recuerdo que venía muy alegre, tanto que hasta lo plasme en mi libreta de memorias, una pequeña libreta francesa color amarilla. Escribí que había tenido una pequeña reunión muy enriquecedora con personas importantes en el ámbito social. No me quiero hacer la importante, pero vaya que soy afortunada en conocer a personas así y agradezco a Dios por ponerme en el camino a personas así. Fueron por circunstancias de la vida por la cual las llegué a conocer. 

Las personas con las que estuve se dedican a hacer labores altruistas; me encantó escuchar sus pláticas, estuve muy atento a cada detalle y aprendí cosas nuevas. Es maravilloso que existan personas así, dedicas a ayudar a las más vulnerables. Eso sí hay un requisito muy importante, y es la honestidad, ya que en esto se pone mucho en juego nuestra moral. Si haces algo bien te van aplaudir, si fallas te juzgarán. Lo más importante es que tu mismo sepas que haces lo correcto, y que no solo lo hagas por intentar llamar la atención o simular algo que no deseas hacer realmente. 

Así que iba muy concentrada en lo que escribía (mis memorias del día), y reflexionando a la vez, hasta que de repente me llegó una pregunta... ¿Soy una persona honesta con los demás, en especial con mis familiares? No se porque resonó esta pregunta repentinamente en mi cabeza. Tal vez como resultado de haber estado entre personas que se expresaban tal y como eran, y eso de alguna manera me impulso a sentir ese sentimiento de honestidad. Evidentemente la cosa más fuerte que tengo oculta es mi travestismo, por lo que empecé a pensar en sí me haría sentir bien revelar ese secreto a los demás. Sabemos que hoy en día existe una mayor apertura en estos temas, y que las personas tienden de alguna manera a asimilar estos hechos y a comprender y aceptar a quienes son parte de esta realidad (travestismo, homosexualidad, trans, etc), pero es un tema delicado que hay que saber tocar en forma adecuada. 


Me he vestido desde los 10 años. A través de todo este tiempo he hecho muchas cosas y disfrutado, he pasado por buenos momentos descubriendo lo que soy, lo que me define como una persona única. Desde el principio había vivido con el miedo de ser atrapada vestida, o que me descubrieran la ropa escondida, ya que sentía que me iban a regañar, hacerme a dejar de hacerlo y a verme de otra manera. Siempre he querido tener a alguien que cuando menos supiera y me apoyará, pero sabía que eso solo se lograría si me abría a expresar lo que sentía y hacía. Habían días en lo que me sentía muy mal, y quería dejar de hacerlo; eso siempre nos pasa, nos da remordimiento y prometemos a nosotras mismas dejarlo, aunque al final volvemos a lo mismo. Es un círculo vicioso del cual una vez dentro no podemos salir. Todo esto nos pesa, se combina sentimientos por un lado de placer, excitación y felicidad, y por el otro de angustia, miedo y remordimiento. 


Así que con la necesidad de contarle a alguien mi secreto, que fuera de confianza, para que pudiera aliviar la carga que traía de casi trece años de aventuras vistiéndome de niña a escondidas, necesitaba de una persona. Esa persona no podía ser ni mi mejor amigo o amiga, ni cualquier otra, más que solamente mi madre. Ella es quien me dio la vida, me ha alimentado, cuidado y amado como no se lo pueden imaginar. Sería menos preciar todo lo que ha dado por mi, si yo no la consideraba como esa persona para contarle la verdad; sentía la necesidad de ya no seguir engañándola. Además, sabía que era la persona correcta, porque lo sentía en mi corazón, sentía que él momento había llegado, algo que ya tenía previsto que haría.

Llegué a mi casa, luego del largo viaje, decidido (a) a contarle todo de una vez por todas, y acabar con este ambiente latente de ser atrapado, lo cual sería peor. Estaba de noche, tomábamos café y platicábamos de lo que había hecho durante mi viaje. No encontraba la manera de comenzar. Durante un momento se paró y salió; comencé a caminar en circulos, pensando en las palabras por las que iba a iniciar a contarle. Cuando regreso, tome un respiro y le dije que si podíamos hablar de algo que ya tiene tiempo le quería decir... nos volvimos a sentar, ella un poco extrañada, pensando de que cosa quería hablarle.

Comencé diciéndole de que era algo que tenia en mente de contárselo una vez que saliera de la universidad, de que esperaba que me comprendiera y me apoyara, pero sobre todo para sentirme aliviado de que mi mamá lo supiera, y así ya no vivir con el temor de que lo descubriera de una forma desagradable. Le hice saber de que le contaba esto porque no quería seguir engañándola. Le dije:
"es algo que he hecho desde los 10 años, de hecho una vez casi me descubres, no se si ya tienes una idea de lo que te estoy tratando de decir... me he puesto tus faldas y tus blusas.. ósea soy travesti"
Cuando le dije a mi mamá que soy travesti, no note alguna expresión en su cara, era evidente de que estaba confundida pensé. Con un poco de nervios con lo que pudiera decir al respecto, y después de unos segundos de silencio, agregue esto, para dejar en claro lo que soy: "significa que me gusta ponerme la ropa de mujer, pero no me gustan los hombres, no soy homosexual, de hecho me gustaba una amiga de la universidad". Ahí fue cuando la note más convencida, y me expreso su respeto y apoyo diciéndome "respeto lo que haces, no puedo juzgarte, sabes que siempre te apoyaré". Al escuchar eso sentí ganas de llorar, pero no habían lagrimas... Me sentí aliviado de saber que mi mamá estaba de mi lado.


Me tomó de la mano para decirme que me seguía queriendo, agradeció la confianza que le tuve al decidirme por contarle lo que me pasaba, y que hablaba muy bien de mi, y que siempre le tuviera confianza en contarle todo. Le deje claro que mis metas en la vida seguían siendo las mismas: seguir preparándome, tener un buen trabajo y formar una familia, y que nunca terminaría por malos caminos a causa de mi travestismo (ya ven que las travestis suelen ser vistas como prostitutas).
Me aconsejó que no le contará de esto a cualquier persona, amigos o conocidos, ya que no todos se lo tomarían de la misma manera, que inclusive se pueden portar indiferentes y tratar de dañarme a causa de mi secreto. Por otro lado, me dijo que yo seré quien decidirá el momento oportuno para contarles a mis demás hermanos.

Como pueden ver al final todo salió bien, y me siento muy satisfecha y libre de haberle contado todo de una vez por todas a mi mamá; aunque aclaro que aun quedaron otras cosas pendientes por platicar. Algo que si le mencione, y que me sorprendió su respuesta, es de que tengo ropa guardada para vestirme, ella solo dijo "yo respeto lo que tengas guardado, allí puede estar, no tocaré nada"; y hasta el día de hoy puedo dar testimonio absoluto de que ha cumplido su palabra. Cuantas veces se ha quedado ella sola en la casa, limpiando y acomodando mis cosas, y jamás ha desaparecido alguna prenda o cambiado de lugar, las que por cierto ya son muchas (inclusive un par de zapatillas).

No descartó de que en algún momento pueda existir alguna diferencia, pero un mes después de haberle contado decidí hacer un experimento, vestirme frente a ella. Bueno no como tal enseñarle todo el proceso, ni tampoco fue algo tan elaborado, fue tan solo mostrarle de frente como me veo con ropa de mujer. No fui muy atrevida ni marcada en mostrarme completamente femenina, solo me puse ropa interior (brazier y calzón), unos leggins y una blusa. La llame y al entrar no mostró enojo o desagrado, al contrario vi alegría, con un poco de asombro desde luego, pero en general le gusto y me dijo que me quedaba muy bien; todo eso me motivo. Platicamos por unos minutos, y me reiteró su apoyo y algunos de sus consejos, añadiendo que no sabía de como le contaría a mis hermanos de lo que pasaba conmigo.


Al día de hoy me he vestido en varias ocasiones, he comprado ropa nueva y aprendido cosas nuevas. Solo una vez le he mostrado hasta el momento de como me veo vestida; en aquella ocasión fue sin maquillaje, pero ya he soñado con hacerlo con maquillaje, zapatos, peluca y mejor ropa, para mostrarle bien de como me veo vestida de mujer. 
El tema entre mi madre y yo no ha salido a relucir nuevamente, como preguntándome de que hago cuando me queda sola en casa, de si tengo nueva ropa o cosas así. Cada vez que me visto lo hago cautelosamente, aunque se que si me llega a cachar ya no tendré tanto problema, me dirá algo, pero ya no será tan lioso. Hasta puede que le guste y me ayude a vestirme. 
Mi recomendación a mis amigas travestis es que siempre busquen la manera de tener la confianza de sus familiares, estar unidos y de no ocultarse secretos; se que en mi caso pudo tratarse de un poco de suerte, pero les aseguró que si le abren su corazón a esa persona que tanto quieren y les cuentan su secreto los llegará a comprender, y se sentirán más libre de hacer lo que les gusta hacer, vestirse.

Saludos a toda mi comunidad y los estaré leyendo en los comentarios.

Comentarios

  1. Mi dilema es que tanto mi madre y mis hermanos(as) son ultraconservadores, rechazan a los gays, travestis, trans y demás, así que cómo les revelaría mi travestismo?

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